El Poder de Nombrar

grabado willicheDebemos recordar que a principios del siglo XX prácticamente ninguna de las organizaciones importantes llevaba nombre en mapuzugun.

Cuando cada rincón del Wallmapu sea nombrado y escrito en la lengua propia del país, habremos nacionalizado su geografía.

En su condición de independencia la sociedad mapuche logró desplegar el mapuzugun por un amplio territorio en el cono sur de América. Testimonio de ello son los nombres que poseen hasta hoy innumerables lugares en la diversa geografía del Wallmapu. Sin embargo, durante el proceso colonial español y a partir de la invasión de los Estados chileno y argentino a fines del siglo XIX, muchos de estos nombres fueron reemplazados, modificados o adaptados con sonidos y grafías del castellano. La forma en que terminaron nombrándose y escribiéndose los nombres de ciudades, ríos, volcanes, lagos, etc., ha sido un reflejo claro de la derrota y posterior subordinación política experimentada como pueblo.

Junto a la pérdida del poder político y la falta de control del Wallmapu, se perdió el poder de nombrar las cosas en la lengua propia del país, mientras que, por su parte, los colonizadores imponían sus nombres, los legalizaban y legitimaban hasta hacer de su uso algo habitual y obvio, inclusive para nuestra población. Este proceso colonial de reemplazo de la toponimia continua todavía: no hace mucho tiempo se cambió, por acuerdo bilateral entre los Estados chileno y argentino, el nombre del paso Puyewe por «Cardenal Samoré».

En los últimos años, junto al proceso de movilización política al interior del Pueblo Mapuche, ha ido ganando espacios una mayor conciencia lingüística, y con ella una mayor preocupación por la restauración de nombres propios. Debemos recordar que a principios del siglo XX prácticamente ninguna de las organizaciones más importantes llevaba nombre en mapuzugun y se había legitimado entre ellas la referencia de «araucano». Es bajo la dictadura, a comienzos de los años ochenta, cuando las organizaciones comienzan a adoptar nombres en mapuzugun, y en los noventa cuando la toponimia comienza a ser escrita en grafías mapuche.

El hecho más significativo en este proceso ha sido la adopción del nombre de Wallmapu para identificar al territorio mapuche: el País Mapuche. Un punto que no queremos saltarnos pero que merece una reflexión particular en un nuevo artículo, son los nombres propios de las personas, aquí también se han dado pasos. Es más que evidente que a nivel del y de la militante mapuche, la opción por colocar nombres mapuche a sus hijos e hijas se ha hecho más recurrente. Llegará el momento en que esta situación se tornará absolutamente normal en el País Mapuche, tan normal como llamarse Keiko en Japón o Helmut en Alemania.

Los procesos de restauración o cambios de nombres en contextos de descolonización no es algo que hemos inventado nosotros. Algunos ejemplos nos permiten ver que en otras latitudes, las luchas por la emancipación nacional o la simple afirmación de la identidad, se han engarzado con la lucha por el poder de nombrar. En África, Zimbabwe adoptó este nombre para reemplazar al de Rodhesia, que hacía referencia a Cecil Rodhes, el conquistador y colonizador del país. De igual modo, su capital dejó de llamarse Salisbury para pasar a nombrarse Harare. En Mozambique, su capital adoptó el nombre de Maputo, eliminando el colonial nombre portugués de Lourenço Márquez.

Otro caso lo constituye Kanaky, nombre con que la población kanaka identifica a su isla, mientras el Estado colonizador francés la denomina la Nouvelle Caledonie. Similar situación se manifiesta con Vanuatu, que adquirió este nombre después de su independencia dejando atrás el nombre colonial de Nuevas Hébridas, utilizado cuando era condominio de Francia y Gran Bretaña. Una experiencia más cercana lo representa la disputa entre ingleses y argentinos, por las islas australes. Mientras los primeros hablan de las Falkland los segundos se refieren a ella como las Malvinas. Y en Catalunya, en un hecho más que elocuente, el artículo 18 de la ley de política lingüística establece que en los nombres oficiales de la toponimia se utilizará únicamente la forma en catalán.

En nuestro caso las acciones por la restauración de los nombres propios mapuche de lugares requiere ciertos pasos previos. En primer lugar acometer una indagación completa en toda la geografía del Wallmapu, para saber cómo eran nombrados en la lengua mapuche los ríos, los lagos, los pasos cordilleranos, los lugares donde se asentaron las ciudades, etc. En segundo lugar, se requiere tener ciertos criterios para proceder a los cambios o a la restauración. Consideramos que el cambio total debe operar en aquellos nombres que son claramente coloniales, y en rigor histórico, ofensivos para la memoria mapuche. Puerto Saavedra, Puerto Domínguez, Teodoro Schmidt, Victoria, Almagro y otros similares en caso de las comunas y localidades; y Trizano, Valdivia o Urrutia en caso de las calles. Ejemplo de este tipo de cambios pueden ser los siguientes casos: Traytrayko en vez de Nueva Imperial; Mayolafken en vez de lago Villarrica.

En la misma categoría de cambios tenemos otros casos particulares como Lautaro y Galvarino. Estos nombres «ercillanos» de origen mapuche, se colocaron a fuertes y pueblos por parte de un ejército proclive a resaltar los nombres de mapuche que destacaron en la lucha contra los españoles, mientras sometía a sus contemporáneos. La tarea que se impone aquí es indagar por los nombres mapuche de los lugares en que se asentaron estas ciudades. No se trata de negarlos, sino de cuestionar toda una tradición ideológica chilena, y hacer reflexionar a los autonomistas mapuche, que los héroes nacionales mapuche no se agotaron en el siglo XVII. Y por ello un paso importante es comenzar a resaltar los nombres de otros grandes logko, por ejemplo los del siglo XIX, aquellos que resistieron y defendieron la independencia del Wallmapu, a los patriotas mapuche, y que la memoria mapuche ha olvidado sin piedad. Entre muchos otros podemos nombrar a Magil, Külapag, Wentekol, Kallfükura, Zayweke o Puran. Sus nombres deben inundar los espacios públicos del Wallmapu. Las calles, plazas, parques, etc., deben ser testimonio de nuestro homenaje, no para idolatrarlos sino para dignificarlos.

Volviendo a la toponimia. Otro criterio lo constituye la restauración gráfica y fonética de la toponimia conservada en mapuzugun. Es decir, ciudades o lugares que tiene en la actualidad nombres mapuche, pero cuya grafía y sonidos han sido castellanizados. Un ejemplo claro de modificación gráfica que se han ido colocando en práctica son Temuko y Lumako con «k», que han comenzado a reemplazar al Temuco y Lumaco con «c». Otros ejemplos que pueden experimentar una rápida restauración son: Kewle en vez de Queule; Likanray en vez de Lican-Ray; Karawe en vez de Carahue. Por su parte, la restauración de nombres de acuerdo a su sonido original, requiere un mayor esfuerzo y rigurosidad. Pero es una categoría en la que también se puede avanzar rápidamente, pudiéndose establecer en el corto plazo una listado abundante de topónimos mapuche correctamente ortografiados. Ejemplo de estos pueden ser Foyeko en vez de Boyeco, Chillwe en vez de Chiloé.

Todo lo dicho representan las primeras sugerencias para comenzar a acometer las tareas de cambios o restauración de la toponimia. La primera de ella demanda un trabajo arduo de registro en toda la geografía del Wallmapu, apoyándonos en la memoria de las personas mayores, así como en los registros documentales. En otras palabras iniciar una verdadera movilización lingüística en todos los puntos del País Mapuche. Cuando cada rincón del Wallmapu sea nombrado y escrito en la lengua propia del país, habremos nacionalizado su geografía, habremos recuperado plenamente el poder de nombrar / Azkintuwe

www.azkintuwe.org

4 Responses to “El Poder de Nombrar”

  1. hola!!!
    me parecio muy interesante el articulo ya que trata el tema desde un punto de vista muy diferente en comparacion con otros comentarios

  2. Sebastián C. Jorquera A. Says:

    Siendo chileno, apoyo completamente esta iniciativa. Pero creo que no sólo es devolver a sus nombres originales todos estos lugares. Si no se explica en ambas lenguas el nombre del lugar la medida me parece incompleta.
    Arduo trabajo, pero necesario.

  3. scarlett Says:

    necesito nombres para mi bebe

  4. victor naguil silva Says:

    me parece muy interesante, poder encontrar este tema ya que la Mayoria de los Winkas desconocer, felicitaciones por la iniciativa.

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