Seccion Mujer

Las Buenas Herencias

Publicado en Historia, Memoria, Mujer el 24/07/2006 por admin

abu  bis  tios copiaTenemos nombres diferentes, Araucanos, Selk’nam, Diaguitas, Guaraníes… solo por citar algunas, muchas naciones a lo largo del continente. Somos naciones enormes formadas por comunidades, con realidades similares, formas de vidas propias, costumbres, ceremonias…

Desde hace más de 500 años. Contando hacia atrás la historia, dibujando el mapa de la vida, tal vez lo conocido por mí, es la realidad de la mayoría. Todos somos privilegiados por alguna razón, y particularmente tengo el privilegio de saber quien soy y de donde vengo.

A veces la herencia viene mezclada, transformada y hasta en algunos casos, negada.
En el Litoral Argentino, por citar un ejemplo, si una niña tenía el destino de llamarse IRUPË, era imposible. “Hay que poner nombres cristianos, no de bárbaros” por haber nacido Güaraní , terminaba llamándose…Juana, y si en aquellos lejanos días un hombre con acento extraño gustaba de un campo, lo tomaba con indios y todo, pasabas a ser parte de su propiedad, (con la salvedad que muchas comunidades somos de naturaleza guerreras y buenamente rebeldes, defendiendo nuestra raza e identidad) entonces se perdían los apellidos, eso pasaba en muchas comunidades, eso pasó en parte de la comunidad CAANGUA, de la nación GUAYCURU, donde nacieron mi abuela, mi bisabuela, mi tatarabuela .

Parece ser que el dueño de esa estancia formada en tierras CAANGUA, al norte de la provincia de ENTRE RIOS; se apellidaba MEDINA. Y en un censo, resultaba que Juana era de la estancia medina, y con el tiempo paso a ser Juana medina.

Así que mi abuela, se llamó ELISA, mi bisabuela HIPOLITA, mi tatarabuela TIMOTEA, todos, por supuesto MEDINA.

Todas, o por lo menos, la mayoría de las étnias, somos migrantes, no ahora, pero hace 150 años, la comida, el abrigo, el tiempo, hacían que viajemos permanentemente de un lado a otro, y trocaramos con lo que sabíamos hacer , en las selvas, en las montañas en las cercanías de los ríos generalmente, porque donde hay agua hay vida.

Hay algo que muy frecuentemente pasaba en todas las comunidades, en toda indoamérica, y es que en las migraciones se dan las mezclas, no en todas las comunidades, pero era bastante comun. Y los rasgos, la manera de caminar el color de la piel el pensamiento es lo que nos unía y sigue uniendonos, más allá de las culturas foraneas y la tecnología.

En las mezclas generalmente se mantenían las tradiciones y costumbres, Hoy día, los caciques (Lonko, en mapuche)siguen conduciendo a nuestras gentes, según las leyes ancestraes, las reuniones de los mayores, la consulta al médico o Machi, o sabio, (que es lo mismo) .

Descubrí con asombro hace pocos años que GUAYCURÚ significa. “LOS QUE VINIERON DE ARRIBA”. Señalando el cielo. Todos venimos de allá. Igual que Nguenechen, y todos vivimos tratando de encontrar el futuro, y encontrar las tradiciones, y tal vez encontrar como en mi caso, cuál es mi verdadero apellido.

Uno no es quien es, por el lugar donde nació, sino por cosas más profundas, esas que se siente en el estómago , esas que nos brotan desde adentro. Que están selladas con fuego, y son las que nos hacen libres y nos dan la identidad.

Es extraño, encontrar, comunidades puras, de ojos verdes y pelos rubios, viviendo y protegiendo sus tradiciones lengua y tierras. Son Guaraníes también, del Paraguay.

Pero está la otra parte, la que no queremos contar, la que si pudiéramos arrancarla de nosotros lo haríamos. Es el sometimiento que padecían nuestras mujeres, de las que parían mestizos, Esto pasó en todos lados. Y el dolor, y la vergüenza, tal vez algún antepasado directo de cada uno de nosotros, tuvo que someterse, para que no le mataran los hijos. Yo me miraba de chica, y miraba a mi familia, la piel del color de la tierra, los ojos profundos y oscuros como las noches cerradas, y yo de ojos azules y la piel más clara.

Aunque los Antropólogos y la realidad me muestren que hay ( como cité antes) indios rubios entre los guaraníes. Me sentía rara, diferente. Mi abuela me decía : Mi Hijita, usted tiene mi sangre, vos sos como yo, como la tierra. Muchos, de los nuestros puros, tiene el color del cielo en los ojos. Más allá del color de la piel. Y la manera de caminar, de mirar, los rasgos, la forma de los pies…

Visitando a mis Lamnguen de Junín de los Andes en la Cordillera Neuquina, encontré que en una misma comunidad alguno era más oscuro que otro, ojos color miel, ojos marrones, pero algo, la esencia , los rasgos, la forma de las manos, la mirada, eso era igual en todos.

Tardé algunos años, en darme cuenta que la casa de uno es el lugar donde fue parido, el lugar donde está la gente que lo rodea, y esa casa con todo, se transforma en el hogar, en la comunidad y le da vida.

Elisa, viajó a Buenos Aires a los 16 años, porque un tío trabajaba en los Ferry que van por el río Paraná hasta Buenos Aires. En Tiempos de hambre no lo pensó, se subió al barco y consiguió un trabajo limpiando en la casa, por supuesto, de gente bien. Sola en una gran ciudad y para colmo india. Ella era sumamente curiosa, y eso la hacía querer aprender, y caminaba, preguntaba. Oigo su voz diciéndome. “Lea, estudie, todo lo que pueda, y no se quede nunca con la opinión de otros, piense y opine por usted, eso es saber elegir”. Mirá a Elisa vos!, sabía en su corazón que lo que la hacía libre entre los blancos, era el conocimiento. Ignorancia tenemos todos, yo ignoro como vive un ruso, ignoro qué come un Australiano. Pero conocer lo cercano, nos dá la herramienta para poder volver a nuestras fuentes, porque de ese modo, sabemos por donde empezar a buscar.

¿Cómo aprendió a leer Elisa?, ningún indio podía ir a la escuela, no convenía, no podían entrar. Y como curiosa que era, pensó en hacer un trueque. Ella me contó, tenía ocho años y fue a una casa bien, de gente pudiente a ofrecerse para limpiar y ayudar en la cocina, pero no quería plata, sino que le enseñen a leer y escribir. Y en una pizarra, le enseñaban las letras.

Ocho años… una india, una nena.

Así aprendió, y volvía a la casa a limpiar y apisonar la tierra del piso, y atender a su abuela, y a sus dos hermanos. Ocho años, de la familia caangüa de la zona era la única que aprendió a leer. Ignorante en definitiva es el que no quiere saber, el que se conforma, el que espera que le den, y si vivo en la ignorancia, no voy a morir en la pobreza digna, sino en la miseria e indignidad .

Miraba a los ojos al hablar, con orgullo indio, sin despegar los pies de la tierra miraba al cielo, sabía oír, sus silencios eran muchas veces las respuestas a mis preguntas.
Yo sé de donde vengo, y soy Guaycurú, Soy Guaraní, Soy hija de la tierra, con más de 500 años de historia, Mirando al sur, porque encontré en el Lanín mi lugar sagrado. Todo esto y tantas otras cosas, me dan el orgullo de pertenecer a esta PATRIA GRANDE, y la identidad DE SER INDIGENA.

Haymee Solancó
Escritora argentina indígena y colaboradora de Serindigena
quechran@yahoo.com.ar

El rol del Machi en la Historia del Pueblo Mapuche

Publicado en Medicina, Mujer, Sabiduria el 21/07/2006 por admin

kantuta

En la cultura mapuche la machi es considerada el vínculo principal entre el mundo sobrenatural de espíritus y deidades y el mundo real y humano (Bacigalupo 2003). Su rol más antiguo y documentado es la curación espiritual y su uso de hierbas medicinales. La función sacerdotal de la machi como orador ante la colectividad es una innovación mas reciente.

A partir del rol de la machi que se atribuye por el peuma (sueño), subyace su conocimiento especializado de la sanación, a través de enfermedades que son causadas por wekufu, energía negativa, se extirpa el mal que se presenta físicamente en forma de objetos o animales, la machi realiza la ceremonia conocida como machitun. Simultáneamente las machi posee la visión y orientar a la comunidad en el sentido moral, y se re establece el equilibrio entre el individuo y la comunidad, así mismo la machi es una figura dominante y trascendente dentro de la cultura mapuche, pues es quien conectaría los mundos, mapu, el mundo físico, wenu mapu y anka wenu, a través del rewe, altar de la ascensión , y el trance, catalizado en el ritmo del kultrun, y que implicaría un estado ampliado de conciencia, el cual es logrado a través del uso de hierbas alucinógenas como lo serían la miyaya, latué y canelo, por lo tanto la machi se establece un vinculo con los espíritus ancestrales; así en sus practicas coexistirían las formas de magia y religión. Al respecto cabe mencionar la conexión de chaman: “…éste especialista de un trance durante el cual su alma abandona el cuerpo para emprender ascensiones al cielo o desprendimientos al infierno” (Eliade 1960)

Pese a que las prácticas rituales de los mapuches y el rol de la machi se han modificado, los conceptos sobrenaturales sobre las cuales se asientan siguen siendo los mismos. El rol de la machi a cambiado durante los siglos XVI y XVII; pues antiguamente este rol era a sumido por hombres, los cuales invocaban a los espíritus masculinos asociados a conflictos de índole bélicas, en el siglo XVIII el rol de la machi se vincula a las mujeres, y por otro lado se empiezan desarrollar a actividades sedentarias vinculadas a la agricultura, la machi asumiría un rol de curandera y chaman, en la actualidad la machi aún mantiene prestigios y roles asociados a la curación.

Trascendencia del sentido del poder del machi en la actualidad

En la actualidad, la guerra espiritual mapuche contra los espíritus enemigos ya no es más una herramienta política sino que se ha convertido en un elemento esencial de la curación ritual de cuerpos y comunidades. Los machi eliminan a los espíritus maléficos, los wekufe, mediante la guerra espiritual durante exorcismos realizados en todos los rituales de curación, (machitun), iniciación (ngeikurrewen), y fertilidad colectiva (nguillatun) (Bacigalupo 1998). Las ideologías bélicas de los machi también siguen siendo parte de la chueca o juego bélico en el que los machi les dan pülluam (poder espiritual obtenido de los espíritus ancestrales) y remedios herbarios a los participantes para conferirles la fuerza, el valor y el poder necesarios para ganar (Alvarado et al. 1991, Matus 1912, Medina 1882, Bacigalupo 2003).

Las machi predominaron a lo largo de los siglos XIX y XX, dado que la fertilidad de la tierra se convirtió en una gran preocupación para los Mapuche (Augusta 1910, Moesbach 1929). Con la pacificación, los mapuches fueron relegados a pequeñas parcelas de tierra erosionada, y la producción agrícola se tornó crucial para la supervivencia. Se llevaban a cabo nguillatunes, principalmente para pedirles a las deidades cosechas abundantes y animales fértiles. Tanto las machi como los machi weye eran considerados ngenkuyen, dueños de la luna, que controlaban los poderes de la generación y la fertilidad y tenían el don de ocuparse de problemas entre los sexos, de la infertilidad y la menstruación (Latcham 1924, Bacigalupo 2003).

En la época moderna el ochenta por ciento de las machis son mujeres. De este modo el rol de la machi se transforma producto de los cambios socio-económicos producidos en la sociedad mapuche y se transforman en un chaman/curandera. En la actualidad el rol de la machi aún esta en proceso de transformación, y en algunas zonas empieza a adquirir elementos del rol sacerdotal.

Aunque el rol curativo de la machi ha sido constante a lo largo del tiempo, la fe de los jóvenes en ella ha disminuido frente a otras alternativas de salud. Sin embargo no ocurre lo mismo con el rol sacerdotal de la machi que es un rol mas reciente. La machi remplaza al nguenpin y se hace necesaria para mantener el sentido de identidad y solidaridad de la congregación. Existe una fuerte relación entre la eficacia y el prestigio obtenida por la machis a través de sus curaciones y su rol sacerdotal en el nguillatun. Solo ofician como sacerdotes, en el nguillatun, las machis de mayor poder curativo y prestigio en la Región (Bacigalupo 1995).


Algunas Conclusiones

• Los cronistas coloniales percibían de diferente modo a las machis, para Nuñez de Pineda el machi weye era sodomita y demoníaco y para Alonso de Ovalle la machi era bruja y mujer piadosa. Las machis contemporáneas heredan los sistemas binarios de género de los Reche y los colonizadores españoles. Por otro lado, las machis poseen vínculos con poderes benéficos y maléficos, por lo que eran acusados de brujería durante la colonia y aún hoy suelen ser acusadas de lo mismo, muchas veces por machis rivales, lo que contribuye a mantener el sistema patrilineal dominante.

• El rol de machi, a través del tiempo, ha experimentado cambios según las transformaciones socio-económicas de la sociedad mapuche. Durante el siglo XVI y XVII predominaban los machis hombres que propiciaban espíritus ancestrales locales y realizaban curaciones y augurios sobre batallas en una sociedad militar y semimovil. En esta época las machis eran chamanes. A mediados del siglo XVIII aparecen las machis mujeres que van reemplazando los machis hombres a medida que la sociedad Mapuche se hace sedentaria y se dedica a las labores agrícolas. A partir de la implantación del sistema de reservaciones, a fines del siglo XIX, las machis pasan a ser un tipo de chamanes/curanderas y empiezan a propiciar a deidades regionales.

• Aunque en la actualidad la machi realizan actividades propias de un sacerdote, no es parte de un proceso de evolución interna como en el caso de la chaman/curandera. El rol sacerdotal solo se produce en sociedades políticamente integradas y jerarquizadas, algo ajeno a la sociedad Mapuche, que sigue siendo descentralizada. Así, la machi actúa de sacerdote en situaciones específicas.

Mariana Muñoz Morandé
Niembro de la Comunidad Ser Indígena

La Leyenda de las lágrimas de Lúcuma

Publicado en Gastronomía, Mujer el 14/06/2006 por admin

lucuma 1 José María Arguedas (el mas importante escritor de temas indigenas del Perú) relata una leyenda de la aparición de Lúcuma (fruta de nacimiento peruana, hermosa y exquisita); pero también existe otra muy parecida que generalmente se escucha en la región de la Sierra Central Peruana, principalmente en la región de Huanuco (pueblo de Aguamiro) y Ancash (pueblo de Chiquian). Según esta leyenda Huatio (cuyo significado es el que cría papas o el que come papas), es el Padre (Dios) de la agricultura que aparece en el mundo tomando la forma de un indio andrajoso al que todos despreciaban y echaban en cara su suciedad. Huatio es el artífice de los andenes y los canales de irrigación.
En aquel tiempo vivía una mujer huaca llamada Lúcuma, doncella muy bonita, orgullosa y despectiva que a ningún hombre hacia caso. Cuenta que se encontraba descansando en las sombras de sus arboles llamados como ella «Lugma o Lúcuma» , Huatio se le acerca en forma de un pájaro muy bonito que dejo caer un fruto del árbol que le daba sombra a la Huaca, previamente había depositado su semen en esa fruta: Lúcuma al coger el fruto de su árbol quedo embarazada sin que la haya poseído ningún hombre. Al termino del embarazo nace un hijo, lo amamanta y después de un año, cuando el niño empieza a desplazarse, pide llamar a los hombres para que se aclarara quién era su padre.
Se reunen en las faldas del PUNCHAO (antiguo nombre del Sol que significa Luz, claridad, en el hoy departamento de Huanuco),y como todos los hombres quieren casarse con la diosa, llegaron con su mejores vestidos y prendas, de acuerdo a sus rangos. Lúcuma pide a los hombres que digan quien era el padre y ante el silencio de todos, decide que el niño identifique a su padre gateando hasta él y quedándose a sus pies. Cuando el niño llega donde Huatio, que tiene la forma de un indio sucio y andrajoso, lo abraza y se ríe alegre.
Lúcuma siente vergüenza por haber sido tomado por un andrajoso, de modo que decide dejar el pueblo y huir hacia la las altas montañas. Como Huatio piensa ganarse sus favores, se viste con ricos atavíos de oro pidiendo a Lúcuma que se fije en él. Pero la mujer, llena de orgullo, no quiso voltear la cara y decide caminar más rápido. Lúcuma llega a las montañas más altas y empieza a llorar su desventura y sus lágrimas son negras. Se dice que del llanto amargo nace una alga que tiene la forma de lágrimas y son de color oscuro, cuyo nombre es CUSHURO o MURMUNTA (del quechua HIKUNTA, llorar amargamente) o LLULLUCHA (del quechua LLACHAPA que significa andrajoso pequeño). Esta alga en la actualidad es un alimento redescubierto y cuyo nombre científico es NOSTOC COMUNE. Los Indios de la región investigada también afirman (y es cierto) que la Lúcuma es una fruta hermosisima de piel verde, pulpa amarilla y corazón o hueso marrón brillante, pero es el caso que la pulpa es aspera y su hueso (semilla) esta cubierto de película marrón muy impermeable, como toda mujer orgullosa.
Pero cuando se procesa esta fruta se convierte en el mas delicioso manjar, basta un poco de leche condensada para que su forma, color y olor se torne embriagante (como toda bella mujer).

Rodolfo Tafur

Kimel Trawun en Los Pellines

Publicado en Actualidad, Infancia, Mujer el 01/04/2006 por admin

pellines tiajardin El día 24 de marzo en la escuela rural de Los Pellines había un gran ajetreo. Desde temprano llegaron los niños/as que caminaron desde sus casas por caminos sólo transitados, a esas horas, por traros , tiuques y ñancos. Un poco más tarde fueron llegando los pichequeche, los párvulos, del jardín infantil de Los Pellines.
Los esperaba en la puerta la tía Ximena Ñanco, tranquila y dueña de la situación como lo hace habitualmente, aunque algo más apresurada. Sería tal vez porque era el día elegido, para presentar un nuevo año, el año escolar de los niños mapuche de esta comunidad costera de la comuna de Valdivia en la Décima Región.
Se había propuesto realizar esta ceremonia en un lugar rural, lejos de la ciudad, llevando a esta rica comunidad escolar, también el protagonismo y por eso venían todos con sus mejores ropas. Un poco después se vio venir por los caminos a los apoderados, se repetía la historia, concurrían para ver a sus hijos y representar a sus maestros sus mejores anhelos de ver que se inicien en la vida por la senda de una buena educación. Pensaban que encontrarían allí a sus hijos presentando lo mejor de sí a los invitados que eran como siempre las autoridades locales y educacionales, un ex funcionario municipal que siempre los ha acompañado apoyado en sus demandas de mejoras para la comunidad y escuela y Ser Indígena.
Finalmente y como lo señaló en la apertura del acto el director y maestro único de la escuela don sólo llegó el homenajeado y Ser Indígena. Y allí estábamos, representando lo que nos gustaría hacer dentro y fuera del país respondiendo a todas las invitan que nos llegan por la web, como si también pudiéramos desplazarnos virtualmente y llevar nuestros cuerpos, voces y manos para apretar otras tantas, pero hermanos que le vamos a hacer, el milagro tecnológico no ha llegado a tanto, así es que nos conformamos con estar con nuestros hermanos de territorio, el territorio lafkenche williche de la costa de Valdivia.

Kimül Trawun, el acto escolar
pellines arbolesComenzó con cantos escolares y salmos. Se hacía presente el grupo evangélico que siempre está cerca de la escuela, apoyando a sus maestros: Nelson Ríos de la escuela y Ximena Ñanco del jardín infantil. Siguió con la representación de una leyenda mapuche por parte de los niños de la escuela. Vimos creatividad y decisión de hacer lo máximo con pocos recursos y sencillez de elementos. Flores y árboles surgieron de cartulinas pintadas que luego fueron usadas a modo de vestido sobre los personajes que representaban. La piche domo quería ser una flor y la machi la transformó en copihue, pero las hijas del cacique (lonko) de Curiñanco fueron a cortar flores y si no es porque sus buenos amigos los árboles la esconden la historia tendría otro final. Por eso es que la niña vuelve a llamar a la machi y a pedirle ser niña y seguir su camino natural por la vida.
Con la misma y su natural forma el acto escolar siguió con la presentación de los niños del jardín infantil que lucían sus vestimentas y joyas mapuche, recién elaboradas para la tarea de reforzamiento de su identidad mapuche en que la tía Ximena trabaja con ellos. Uno de los motivos también, de la fiesta escolar, era presentar a los niños con sus atuendos e instrumentos musicales mapuche, realizados por los buenos artesanos de la zona, los que contribuyen al objetivo de que “vivan su cultura” y no sólo la representen con los elementos escolares que hablan de un pasado que se evoca como a lo que ya nunca será.
a>pellines familia Usando sus zapatos de lana, que se instalan en cuanto llegan, para no acarrear el barro que se eterniza en largos meses del año y es necesario que sepan que el piso siempre brillante entrega calidez y optimismo por esas salas que bien conocemos, se dieron a la tarea de moverse en círculo y mover cabezas y pies a un ritmo que era la envidia de los asistentes. Así, bailando choike purun y luego lonko purun, el grupo de párvulos unos 11 o 12, mostraron un futuro posible. En la mirada atenta de sus mayores se reflejaba un orgullo no disimulado y tal vez una nostalgia de lo que no vivieron, porque por generaciones se evitó mostrarse en los recintos escolares y del winka como mapuche.
Pero los tiempos comienzan a cambiar y el pachacuty que anuncian los pueblos andinos se hace presente en todas partes. Ximena Ñanco representa este cambio, ella y el presidente de la comunidad indígena lucían su vestimenta tradicional. Ella con trapelacucha (pectoral), trarilonco (cintillo de plata) y su trariwe (faja de lana) y él de camisa y pantalón pardo, trarilonco en los hombros, a lo Evo Morales, y morral de lana terciado tejido en un telar mapuche del lugar.
Así con esta diversidad cultural, unos representando al mundo adquirido, en religión y formas -pastores evangélicos, de terno y corbata- correctísimos y bien lustrados y los otros/as al mundo indígena que renace y recupera formas y espacios culturales. Todos conforman esta comunidad intercultural, rica y diversa, donde surge el respeto por el otro, que es lo que en el aula surge cuando no hay discriminación, y todos son distintos pero iguales, en derechos culturales, y eso es lo que se respira en la kimel trawun de Los Pellines.

Epeu (cuento) final
La ceremonia culminó con la inauguración de una sala con el nombre de Sala Osvaldo Burgos, quien muy emocionado comprendió que todo ese esfuerzo de acercamiento y respuesta ha las demandas de una comunidad rural vale la pena. Así recordó cómo fue surgiendo la escuela, la que antes asemejaba una ruka por su techo de paja brava, pero en muy precarias condiciones; y por su boca agradecida salieron palabras sobre el mucho esfuerzo que costó a todos ellos traer la madera por unas rutas que no eran caminos como el de ahora –que aún deja mucho que desear- sino huella para transito de animales y personas, pero no para vehículos que los transportaran. La escuela por fin fue una realidad y todos se felicitaban. De allí a los mates, sopaipillas y milcaos, catutos o multrün, sin faltar bebidas de fantasía, café y kuchen, una costumbre arraigada desde que los colonos alemanes se instalaron en la zona en el siglo XIX. Y el broche de oro lo puso en ese momento de distensión, el presidente de la comunidad indígena, quien en un sabroso epeu* que le surgía naturalmente, contó con pelos y señales, y que buenos son en eso los mapuche, una experiencia de viaje solidario hasta el lago Maihue, que vivió cuando como dirigentes de las comunidades de la costa, llevaron la ayuda para las comunidades afectadas por la gran tragedia del verano, en donde murieron miembros de las comunidades mapuches cuando el hundimiento de la lancha que los transportaba. Quedamos impresionados, como siempre, nutridos de esa forma que está en nosotros, que persiste, el ser mapuche que brota y se transmite y que nosotros como Ser Indígena llevamos también como un componente de nuestra sangre virtual….YYYYYeeeeyyyyeuuuuu

epeu: relato de un cuento o historia mapuche

Bartolina Sisa: Guerrillera Andina y Ancestral

Publicado en Mujer el 27/01/2006 por admin

Bartolina SisaEn las historias de los pueblos hay personas que con sus acciones han plasmado de fuerza y heroísmo los momentos de conflicto. Seres que siguen vivos en la memoria y el presente de los pueblos. Es el caso de Bartolina Sisa, guerrera aymara que luchó contra la opresión occidental, cuya vida es hoy testimonio de la fortaleza de las culturas ancestrales. Una forma de recordarla es a través del Día Internacional de la Mujer Indígena que conmemora su muerte ocurrida un 5 de septiembre hace 223 años.

Una mujer, un nombre, un momento en el tiempo de las guerras. Es Bartolina Sisa recordada y admirada por todos los pueblos originarios de América por el ejemplo de fortaleza y valentía, que se manifiesta en su presencia en la lucha de los pueblos andinos contra los abusos de los españoles.

Rogativa mujeres aymaraUna de las formas de homenajearla es a través del Día Internacional de la Mujer Indígena, establecido en el año 1983 durante el II Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tiwuanacu, Bolivia. La fecha escogida fue el 5 de septiembre, el mismo día en que siglos atrás, fue asesinada Bartolina Sisa, pues en su muerte se resume su vida y la vida de miles de mujeres indígenas: luchar por la existencia y la libertad de los pueblos ancestrales.

Bartolina Sisa pudo ver desde muy joven los atropellos que se cometían con las poblaciones indígenas. Esto porque recorría junto a sus padres, José Sisa y Josefa Vargas, diferentes comunidades, ayllus y pueblos por el comercio de la hoja de coca. Ella se dedicaba a tejer, arte ancestral que había aprendido de su madre, por lo que vendía sus trabajos en los distintos lugares a los que llegaban.

Sobre su nacimiento existe dos versiones: el 24 de agosto de 1753 en la comunidad de Sullkawi; y el 12 de agosto de 1750 en la comunidad de Qara Qhatu (en la ahora provincia de Loayza del departamento de La Paz en Bolivia). Pero más allá de fechas y calendarios, lo que ha quedado grabado en los pueblos originarios, hasta hoy, es su convicción de acabar con los maltratos y ultrajes cometidos por los españoles contra sus hermanos indígenas.

Un hecho fundamental fue su encuentro con Tupak Katari, joven aymara que sería su esposo, y con el que compartía la misma convicción ante la contingencia que vivían. Tenían la necesidad de encontrar un camino para liberarlos y restaurar las naciones originarias del pueblo aymara y quechua. Ambos se encontraron con Tupak Amaru y su esposa Micaela Bastidas, dos guerreros incansables en busca del mismo propósito de libertad para sus pueblos y que lideraban el grupo de los quechuas y afrodescendientes .

A partir de ese momento deciden elaborar una estrategia de acción al que se suman miles de indígenas. De esta manera, estalla la insurgencia aymara-quechua en febrero de 1781. En esos instantes Tupak Katari es proclamado Virrey del Inca y Bartolina Sisa es elegida Virreina. Ella ha ingresado al ejército aymara de liberación, guiado por su esposo. Con esto se inician una serie de acciones tendientes a liberar a miles de indígenas, los cuales en algunas zonas se levantan en contra de los españoles.

Un hito durante esta guerra fue el cerco realizado a la ciudad de La Paz que comenzó el 13 de marzo de 1781 y se extendió por 109 días, y en el que participaron 40 mil aymaras y quechuas. En esas instancia Bartolina asume un rol muy activo, dirigiendo batallas junto a su esposo y quedando sola a cargo del ejército aymara el 22 de marzo de ese mismo año. El intento por capturar a Bartolina fue inútil y el triunfo fue para el ejército andino.

No fueron las armas, ni las batallas lo que hicieron caer a Bartolina Sisa y Tupak Katari, sino la traición. El 2 de julio de 1781, mientras ella se dirigía al campamento de El Alto de Pampajasi, sus acompañantes la apresan y la entregan a Sebastián Segurola como prisionera de guerra. Es llevada a La Paz donde es recibida con pedradas. Bartolina es torturada, pero se la mantiene con vida para capturar a Tupak Katari. Él también será traicionado y el 14 de noviembre de ese año es asesinado.

El 5 de septiembre de 1782 Bartolina es sentenciada a muerte, junto a Gregoria Apaza. Son torturadas, vejadas y paseadas desnudas, atadas a la cola de un caballo y con una corona de espinas, por las calles de La Paz. A Bartolina le cortan los pechos y le arrancan la lengua. Luego es ahorcada y descuartizada. Su cabeza y extremidades son llevadas a los distintos lugares en los que ella luchó para amedrentar a las comunidades andinas. Su cabeza fue dejada en Jayujayu-Marka (actual provincia de Aroma del departamento de La Paz) y sus extremidades llevadas a la comunidad de Tinta-Marka (hoy territorio peruano).

Estos hechos, plasmados en la vida de una mujer, resumen la historia vivida por los pueblos americanos con el arribo de los españoles. Al mismo tiempo, la actitud y entrega de Bartolina contienen la actitud y el ejemplo de miles de personas pertenecientes a los pueblos ancestrales. Es por ello, que los reconocimientos a su vida no se han detenido. En el mes de julio de 2005 el Congreso Nacional de Bolivia declaró a Bartolina Sisa y Tupak Katari, heroína y héroe nacional, en reconocimiento por su incansable lucha durante el siglo XVIII. Este proyecto fue impulsado por el senador aymara Esteban Silvestre, del Movimiento al Socialismo (MAS).

De esta manera, la figura de Bartolina Sisa, llamada también Mama T´alla (nombre dado a las mujeres con autoridad, luchadoras y guerreras), se yergue en el presente de los pueblos originarios como un referente, una palabra, una expresión de lucha por su cultura. En su nombre, se contienen los normes de todas las mujeres y hombres indígenas que llevan, como ella, una misión por sus pueblos: que el silencio no caiga sobre las culturas ancestrales americanas.

Aurora Caurapán

Publicado en Mujer el 01/01/2006 por admin

00000225 constrain 160x200No era extraño que Aurora hubiera ido olvidando, poco a poco, las palabras, ritos y costumbres ancestrales. Por lo demás, también sus padres prefirieron educarla integrándola a la cultura existente. Siempre se sintió ciudadana chilena, parte de los sueños comunes, protagonista de todas las esperanzas.
Además, llegó a Santiago a los dieciocho años, con la idea de que el mundo era fraternal y solidario, duplicó los valores paternos y los recuerdos solariegos, adquirió su fe cristiana como si fuera natural en su vida, como si hubiera sido el instante que le faltaba, el paso que no había dado, y se dedicó a ello con tanta fuerza y constancia que, muy pronto, su lenguaje era claro, directo, humano y soñador.

Insistió, con perseverancia, en luchar por su superación personal e hizo todo lo necesario y admisible. Así fue logrando breves y grandes metas. Alcanzó pequeñas victorias y algunas derrotas. Jamás perdió la confianza en sí misma, porque sus creencias la dotaron de capacidades que no todos los seres humanos poseen, con lo que sobrellevó los silencios, las respuestas oblicuas, la sorpresa que causaban sus apellidos, el distanciamiento de algunos, las negativas de saludo y las exclusiones de las reuniones, almuerzos o fiestas.

Estudió hasta llegar a la universidad por la necesidad de la supervivencia, pero también para lograr el lugar que cada uno desea lograr en una sociedad que no admite errores ni disculpas. Estudió para ella, para su familia con el afán de integrarse de la manera más inteligente y natural. Jamás lo hizo como un acto de venganza porque todos los que humillan y ofenden, que los hay y habrá siempre, ya estaban perdonados por ella.

Su estatura moral, sacrificada y constante, en los focolares, llamó la atención de su iglesia, a tal punto que recibió una recomendación cardenalicia importante de Monseñor Sodano, para obtener su primer trabajo en una de las más prestigiadas empresas chilenas, CMPC, llamada comúnmente como “la papelera” y comandada por apellidos muy ilustres e históricos como Alessandri, Matte y Larraín.

Trabajó allí veinte años, desde labores menores hasta labores ejecutivas, en diferentes plantas hasta llegar a la de Talagante. Gozó siempre, por su empeño y capacidad, de la confianza de sus jefes y el aprecio de trabajadores y colaboradores, pero allí se encontró con Arturo Quiroga, un gerente de personal reconocido por todos por su evidente mal genio y arrogancia, quien discriminó de inmediato sus apellidos de ascendencia mapuche, demostrándolo siempre en múltiples y reconocibles formas, como el delegar su control a ejecutivas más asequibles, como no establecer jamás un contacto que permitiera mejorar la calidad de las funciones que desempeñaba cada cual, como visitar la planta sin tomar nunca contacto con Aurora que era, sin duda, parte de su equipo y responsabilidad, sin ni siquiera saludarla al paso por su oficina.

Ella creyó siempre que tal actitud no era, obviamente, una política de la empresa, cuya dirigencia parecía respetar su cultura ancestral, como quedó probado en el montaje en el Museo de Bellas Artes de una hermosa exposición dedicada a la platería mapuche, con el poético nombre de “Lágrimas de luna”, sino tan sólo parte de una estrategia personal del señor Quiroga, pequeño aristócrata, abiertamente racista, que la despidió pretextando una supuesta reestructuración para esconder su discriminación. La confirmación de ello fue que nombró una reemplazante de inmediato, a la que él acompañó solícitamente, presentó e instaló en el lugar que, finalmente había conseguido.

Aurora se sintió muy afectada y deprimida al comienzo, pero de acuerdo a sus creencias no quería admitir que fuera cosa de “feeling”, como le aseguró uno de los ejecutivos de la planta y mucho menos discriminación racial, hasta que los cientos de detalles, reunidos, analizados y concluyentes, le mostraron, sin lugar a dudas, que su despido o, graciosamente llamado, “desvinculación” se había producido por definitivas razones étnicas. Pese a todo, de lo que no estaba muy segura era que si tal método, correspondía a una deleznable actitud personal del señor Arturo Quiroga o, como se lo aseguró el gerente de su planta al notificarla, además de asegurar la falta de “feeling” como argumento, le comentó con tono misterioso que esta decisión “venía desde arriba” lo que exhibía, sin pudores, una política oficial clasista y discriminadora.

Aurora rechazó esta conclusión y en prueba de su fe dirigió una carta de agradecimiento y despedida al Gerente General de la empresa, a través de la secretaria que conocía, recordándole que su ingreso, hace veinte años, se había producido a raíz del pedido de Monseñor Sodano y que en su desempeño durante este tiempo, ella creía que había actuado con eficiencia por lo que se iba agradecida con la frente muy en alto y dignamente.

Sin embargo, lloró. No lo dijo a nadie, pero lloró, como si se creara un enorme vacío en su entorno y sufriera una pérdida irreparable. Claro que no es fácil, después de tanto tiempo, luego de tantos hábitos, en una suerte de dependencia, de pensar y sentir en sus labores, estar cesante de un día para otro. Le dijeron “es el sistema”, “así es el interés empresarial”, “ellos no están interesados en las personas, sino en las ganancias”, pero no hizo caso. Ella no condenaba, sólo le dolía que fuera su ascendencia la causa principal y no la eficiencia y capacidad que nadie podía desestimar y que había quedado suficientemente comprobada en todos los años de su labor, como lo evidenciaba el que numerosos gerentes de administración, producción y personal, accedieran, sin vacilaciones, a ser referentes de esta capacidad que ellos muy bien conocían y que les hacía preguntarse el “por qué” del despido, lo que ella, en un comienzo, no quería reconocer hasta que el rompecabezas pudo ser colocado en su lugar y no hubo duda alguna de la verdadera razón y del real responsable.

Si bien es cierto, su capacidad de clemencia la excedía, también habitaba en ella la ancestral sensación de rebeldía y lucha, por lo que, el mismo día, secó sus lágrimas y comenzó la batalla para conseguir un nuevo trabajo, tan necesario para la supervivencia. Hizo llamadas, escribió correos electrónicos, pulió su currículo, se tomó fotografías, hizo copias, buscó páginas en la Internet para su búsqueda, revisó diarios, en tanto recibía por diversos medios el apoyo de sus amigas y colaboradores, instándola a tener fe y paciencia y ofreciendo ayuda para la distribución de sus antecedentes.

A los pocos días ya era la de siempre, alegre, vivaz, activa y esperanzada, llena de ideas de proyectos para trabajar dependiente o independiente, en tanto en sus ojos, como una neblina del pasado, sobresalían los lagos y volcanes de su lejana Villarrica con sus lenguajes de lloviznas, aves y de hojas…

Nota: El relato corresponde a una historia real, pero el nombre de la afectada ha sido cambiado por propio requerimiento.

Una colaboración de Julio Campos Ávila, escritor y colaborador de Serindigena.