Seccion Arte

Canto y Poesía Mapuche en Fonoteca Virtual

Publicado en Arte el 26/10/2006 por admin

FOGON Desde muy joven publicó algunos poemas en revistas de Temuco, escribiendo tanto en castellano como en mapudungun, aunque prefiriendo el último, hasta que, en 1989, Editorial Universitaria publicó su poemario Se Ha Despertado el Ave de Mi Corazón, con introducción de Raúl Zurita, obra que obtuvo el Premio Municipal de Literatura de Santiago. Por cierto, las temáticas de los poemas giran en torno a los problemas de su etnia nativa:

Por el tronco caminé a través
de cientos de generaciones
sufriendo, riendo,
y vi una cruz que me cortaba la
cabeza
y vi una espada que me bendecía
antes de mi muerte.
Soy el tronco, madre,
el que arde
en el fuego de nuestra ruka.

En forma paralela a la publicación de su libro, Lienlaf editó el disco compacto Canto y Poesía Mapuche, con el auspicio de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Mueseos; y entre 1991 y 1995, presentó sus trabajos poéticos en Perú, Suecia y España, en este último país en un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, bajo el título “Mapudungun, de la oralidad a la escritura.”
Ha sido antologado y traducido al inglés por Cecilia Vicuña en Ül, Four Mapuche Poets (1998).
Al ser consultado sobre las características de la poesía mapuche, y en particular sobre la propia, Lienlaf señala que “La oralidad es la base de la poesía mapuche. Nuestra creación es más bien experiencial. En la sociedad chilena, en cambio, la necesidad de expresión se canaliza en la escritura porque no hay interlocutores con los que puedas desarrollar la poesía.”; y agrega que “Cuando dejas el mapudungun estampado sobre un papel se convierte en algo duro que está como asustado, sin permitir a las palabras seguir su rumbo. La oralidad te permite variar el sentido; la escritura no. Y esto sucede también en castellano.”
En carta a Cecilia Vicuña, transcrita en el libro antes mencionado, Lienlaf habla de su actividad posterior: “Actualmente sigo desarrollando el tema de la oralidad, además de pertenecer al movimiento Mapuche, colaborando en todas las actividades que vayan en defensa de nuestro territorio y nuestra identidad como Pueblo. Además realicé el guión del video Punalka, el alto Bio-bío, hablado enteramente en mapudungun. Tengo tres trabajos de poesía inéditos y estoy desarrollando otro guión que trata sobre el mito de Mankean. Esto es desordenadamente mi vida.”
Fuente: Maximino Fernández. revista extramuros Nº 8

IR A LA FONOTECA

Encuentro de Mujeres poetas Mapuches en Santiago

Publicado en Actualidad, Arte, Cartelera, Mujer el 28/09/2006 por admin

El encuentro se llevará a cabo los días 2 y 3 de octubre en el Centro Cultural España, ubicado en la ciudad de Santiago de Chile en Avenida Providencia 927.

La Invitación está abierta:

El Instituto de Humanidades UDP organiza el Encuentro de Poetas Mujeres Mapuche, llegando así a la la finalización de un trabajo iniciado en abril de 2006, donde Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan, Maribel Mora Curriao, María Teresa Panchillo, Roxana Miranda Rupailaf, María Isabel Lara Millapan y Adriana Paredes Pinda han discutido y reflexionado, a través de la Plataforma virtual de ESEO (www.eseo.cl), sobre el cuerpo, la poesía y la performance de la cultura mapuche.

El Trabajo de las poetas quedará reflejado en “Hilando en la Memoria” Antología de siete mujeres poetas mapuche, publicado por Editorial Cuarto Propio, que se presentará el 2 de octubre junto a un recital poético de todas las poetas.

Para el Encuentro de Poetas Mujeres Mapuche están invitadas en forma especial las destacadas académicas norteamericanas Susan Foote profesora de la Universidad de Concepción, y Diana Taylor, Profesora del Departamento de Estudios de Performance y de Español de la New York University, quienes formarán parte de las mesas redondas del martes 3 de octubre sobre cuerpo, memoria y escritura.

Por último queremos decirles que las poetas invitados son: Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan, Maribel Mora Curriao | María Teresa Panchillo Roxana Miranda Rupailaf, María Isabel Lara Millapan y Adriana Paredes Pinda.

PROGRAMA

2 de octubre 3 de octubre

09:00 a 13:00 horas Registro audiovisual performance poetas.
Taller con estudiantes de Colegios de Pudahuel.

18:00 Presentación de “Hilando en la Memoria” Mesa Redonda “Cuerpo y Memoria”: Faumelisa Manquepillan, María Teresa Panchillo, Adriana Paredes Pinda

19:00 Recital poético. Participan: Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillan, Maribel Mora Curriao, María Teresa Panchillo, Roxana Miranda Rupailaf, María Isabel Lara Millapan y Adriana Paredes Pinda.

Mesa Redonda: “Escritura y Memoria” Participan: Graciela Huinao, Maribel Mora Curriao, Roxana Miranda Rupailaf y María Isabel Lara Millapan

Prensa: Elena Pantoja
elenapantoja@gmail.com
6762376 – (08)7362142

Pasado Sacrificio: Futuro

Publicado en Arte, Costumbres el 09/08/2006 por admin

Contemplacion de Espa  aEl Fotógrafo Estado Unidense Evan Abramson, nos muestra “Pasado Sacrificio: Futuro”, su última obra que recopila gran parte del trabajo realizado durante tres años en la región del altiplano.

“Una vez abandonadas las barreras del idioma, de la auto-visión, del temor, y de la imaginada incapacidad de existir completamente en el momento, solo queda el ojo, su vida y el deber.

Me he dedicado a la creación de una narración visual e históricamente actual, acerca de las vidas y experiencias del campesino andino.

1ero Retrato Este trabajo me ha llevado a algunas de las poblaciones más altas y lejanas de Bolivia y del Perú.
La intención de esta fotografía no es solo documentar una realidad cuyos rasgos verdaderos mayormente se desconocen fuera de sus límites geográficos. La importancia del trabajo es la búsqueda de formas de entender: compilando un lenguaje de símbolos y signos visuales hasta que se vean los semblantes del pasado así como el futuro que cada foto contiene”.

SacrificioEn manos de un ojo extremadamente sensible a pesar de las distancias socioculturales a las cuales se ve sometido. Logra sin lugar a duda capturar la esencia histórica de un pueblo atemporal que mezcla indistintamente su pasado simbólico y milenario de tradiciones y sacrificios rituales con un presente en el cual el mismo es el sacrificado, ante una asimilación impuesta y confusa que se enreda y envuelve con la identidad pasada y con un presente multicultural, corrompido por las transiciones mediáticas y la perdida de identidad causada por la migración, el avance de la modernidad y del capitalismo proveniente de las naciones reinantes mal llamadas avanzadas o primer mundistas.

De este modo el reflejo (fotográfico) de un pueblo milenario, se confunde con iconos ajenos que transforman su propia identidad, sin matarla sino fusionándose con ella hasta reconstruirla.

www.evanabramson.com

Francisca Espinosa, especial para Ser Indígena

Trabajo Indígena

Publicado en Arte, Costumbres el 03/05/2006 por admin

aymaras02 Es ya la madrugada del viernes, el corte de la siembra esta cargada firme para poderla llevar a nuestros caseros en el terminal o en el mercado, hay que amanecer en Iquique, el camino es lento y de cuidado.

Con retos y palabras fuertes les encargamos la casa a nuestros perros (Duque y Lile, al Morocho lo llevamos), ellos saben entender dicen los abuelos, son como personas, de allí nuestros hermanos, nuestra abuelita se queda y ellos serán toda la compañía que tendrá. En los bolsos llevamos algunos encargos y otros tantos papeles, nuestras cédulas por si nos toca hacer un trámite el lunes, día que se hace corto cuando estos duran toda la mañana, tiempo que en su mayoría depende de algunos burócratas hermanos (aymaras) que trabajan para la burócrata CONADI o los restantes no andinos de los demás “servicios públicos” a los que nos toca por desgracia ir los funestos días lunes.

El camino es lento, la carga debe llegar integra, de ello depende que traigamos de vuelta mas y mejores víveres para nuestro sustento, que es para lo que mas alcanza, porque para las demás aspiraciones, o bien hay que endeudarse, o bien caer al juego de la asistencialidad, lacra que destruye nuestra decaída nobleza, único patrimonio que cómo raza podemos conservar los hijos de la tierra, de cuyo seno obtenemos todo, y en cuyo seno moriremos siempre con la digna esperanza de un mañana mejor y menos oprimido.

Hay que conversarle periódicamente a nuestro padre, sería fatal que se quedara dormido, las curvas son peligrosas y la quebrada sabe cobrarse dicen los abuelos cuando no les pagamos sus ofrendas (wilanchas y pawuas). A lo lejos se divisan las luces del pueblo de Huara, es señal que estamos cerca de la carretera panamericana y de nuestro destino, Iquique. Hay que llegar tempranito, hay que ganar lugar en calle progreso, hay que dormir sólo con un ojo, el Morocho nos avisará si alguien quiere robarnos, la perdición blanca (pasta base) hace estragos en jóvenes del sector y mejor prevenir.

Amanece ya, y los primeros rayos de nuestro padre Sol alumbran a nuestros primeros caseritos, que vienen a proveerse de verduras, hortalizas y frutas que les traemos. Los saludos no se hacen esperar y los saldos pendientes son lo primero, total nuestros caseritos son también en su mayoría hermanos aymaras cuya palabra es su mas grande patrimonio. Hay que tomar desayuno tempranito, y bueno, si es posible Kalapurka (plato típico aymara), las restantes horas se hacen afanosas en la venta y la preparación de nuestros productos, y no se para hasta pasadas las dos de la tarde.

Se acercan dos señores de traje, y traen unas carpetas en sus brazos, son de impuestos internos dicen, nos piden nuestras guías y facturas, menos mal que las traemos, sabemos que las multas acabarían con lo traído, y tendríamos que volver sin ni un peso, o trabajar sólo para el estado, como si no lo hiciéramos todo el año, silenciosamente, como aymaras que éste estado paternaliza y subvalora muchas veces todo el esfuerzo que le ponemos a nuestro trabajo. Los más pequeños luego se van a esos lugares que se llaman Internet, un amiguito les dice que allí se juega, nosotros sólo esperamos que jueguen a tejer su futuro, y a soñar sus destinos, para eso estamos nosotros, que si por endeudarnos pudiéramos, lo haríamos para sacarlos adelante. Les encargamos siempre estar juntos y no recibir nada de extraños, ni tratar con ellos, la cuidad es cruel y sobre todo con nosotros con quienes no tiene piedad a la hora de la discriminación.

Ya son las tres de la tarde y es hora de retirarse, nos contamos todos, no falta nadie, los pequeños tienen hambre y nosotros también, compraremos pescado que de eso no hay en donde vivimos, y ni manera de llevarlos para tener, lamentablemente en pleno siglo XXI, todavía hay pueblos donde sólo tenemos electricidad 3 horas diarias.

La tarde es para visitar a nuestra familia, dicen que hay novedades, nuestra prima Patricia se recibe de ingeniera, hay alegría entre sus padres y hermanos, nosotros esperamos que su belleza la acompañe, en las empresas no contratan aymaras por sólo su capacidad, ya mi primo Carlos terminó sus días como transportista, el Juan es como sus padres comerciante y la Sonia dueña de casa, todos educados en la cuidad y con título, esfuerzo que la cuidad y su sociedad desecha muchas veces sólo porque somos aymaras.

El fin de semana es corto, y se nos acerca el lunes, día de trámites, que aburrido dice mi hermanito, vamos a la CONADI, mejor los llevo a pasear propongo yo, para que se acostumbren a no ir donde burócratas. Es tiempo de llevar unos certificados dice mi madre, para lo que llaman beca indígena, a veces me pregunto para que perdemos tanto tiempo, si los mas apitutados quedan siempre en ella, nosotros como no tenemos todo el tiempo para hablar con los evaluadores y proponerles un cohecho, de hasta unos cuantos kilos de carne, mejor para que perdemos el tiempo. No sé como lo hacen, tenemos una caserita que es de Temuco, o sea mapuche, ella dice, ustedes los aymaras las tienen todas, nosotros ni existimos para sus beneficios aquí en el norte, yo creo que es injusto, pero muchos burócratas del servicio CONADI, tienen el circuito casi completo, se educaron, la básica, la media y la universidad con la famosa beca, hoy trabajan allí por lo mismo, crían a sus hijos al amparo de ella, y si hasta les falta morirse con la asistencialidad de la difamada ley.

Volvemos a nuestro pueblo, esta vez nos ha ido bien, vendimos todo y entregamos también (fiado), de vuelta a nuestro trabajo sólo nos queda pensar la próxima vuelta, me gusta a veces quedarme en mi pueblo, los días lunes en la cuidad son de bajo ánimo, y a veces prefiero soñar lo real desde mi quebrada, y conseguir la satisfacción de mi digno trabajo, fortaleza que aun tenemos y que nos levanta, y nos sustenta en este mundo que cada día nos arrincona en el olvido.

Pichqa

Publicado en Arte, Costumbres el 02/05/2006 por admin

womanandina El dolor funesto había comenzado, el trote agonizante de la vida a la muerte se inició la tarde de ayer.
Avelina, campesina hermosa como los retamales y los sunchos, florecía; hasta que un día fue topada por el mal aliento de la noche.
Hoy Avelina, agonizó, tembló y se fue su habla; su mirada desfallecía y el rostro triste en lágrimas se quejaba con profundo temor del viaje sin retorno que emprendería.
Los familiares lo acompañaban, Vidal, el esposo, joven de 30 años, sostenía en brazos a su hijo Juvenal de 9 años.
El sol se tornaba crepuscular, en casa del adiós el despido del hombre en llantos, gemidos, sufrimiento a mares.
Así el cielo enlutó el hogar, y el catre sostenía a la víctima.
Doblaron las campanas y el aire del recuerdo recogió sus pasos del pueblo y emprendió a su caminate Avelina.

– Warmillay kuyakusqay, wayllukusqay.saqiwankichu.
– No me dejes mujer te quiero demasiado.
– Avelina, Avelinaschay gloriaykipin yuyawanki, wachka wawaykin llapan sunqunwan kuyasunki.
– Avelina, en tu gloria me recordarás, tu hijo huérfano te ama con todo el corazón.
– Amaña waqaychu Vidal, susigqkuyña…
Ya no llores Vidal, sosiégate…

El hombre lloró, lloró a mares.

Dobló la campana de ChAUPI; el último adiós a su casa en medio de tanto dolor, el ataúd en compañía de sus amigos, amigas y la gente del pueblo, los cánticos en las esquinas; por delante la cinta negra labrada cogían los familiares. El dolor humano, yaga del presente sin remedio, el pueblo en dolor las mamallas, madres, de negro; luto total, los sombreros inclinados a la hora de sentar el cajón en la fosa. Claveles, flores brillaron en la caja oscura; Avelina descanzaba en paz.

– Ripurun chaqay pasan, ay vidallay chaynallach kachkanqa. Avelina yuyapakamunkin wayqiykikunamanta.
– Se fue, hay vida a si lo mismo estaremos. Avelina te recordarás de tus hermanos.

Los comuneros volvieron a su casa oraron, brindaron y acompañaron a sus familiares. Vidal, triste, acongojado recordaba a su querida mujer, lloraba en la soledad.

Al tercer día, volvió él a delirar.

– Qamuy niwachkanmi, qaku ripusun iskayninchik, ruygakuwanmi; kuyakuykin Vidal, kasuway, waqapakun: ñawimpas pukaypukan wirpumpas llampullañan.
– Ven me está diciendo, vamos viajemos los dos, me ruega; te quiero Vidal, hazme caso, llorando está: sus ojos rojos y su cuerpo suave.

– Risaq, risaqmi nispa atipakun- maytan rinki yau –
– Voy, voy a ir me dice- a donde vau hey-

En el cuarto día:

– Rikuchkanin… waqay ruyaq veluyuq, waqay qawawachkan, manachu rikunkichik.- diqawaychik risaq-.
– Le estoy viendo… allá está con su vestido blanco, allá está, no lo ven- déjenme voy a ir-.

Se fue a paso de prisa, seguía y seguía, los comuneros lo perseguían a cierta distancia y al llegar a Cruz Wayqu (cruzpata), se sentó cansado de tanto llorar.

Corrió Juvenal:

– Taytay, Taytay rikchariy ñuqaraqmi kaypi kachkani, ama riychu, ama saqiwaychu Taytay.
– Padre, papá despierta, todavía yo estoy aquí , no vayas, no me abandones padre.

El hombre cargó a su hijo en brazos volvió la mirada y retornó. El pueblo lo tomó en brazos y regresaron.

Al quinto día:
Los hombres que hicieron la fosa en el cementerio, pusiéronse a lavar las prendas de vestir y objetos que más utilizaba Avelina en casa. Al medio día secando en la pirka de cruz wayqu (sanja) esperaban al señor viudo. Al atardecer comenzó la Pichqa (cinco): prendieron las velas, debajo de la piedra plana, brindando, tincando prendieron fuego sobre las canastas, llikllas, (mantas de bordados finos y multicolores) frazadas, sombreros, ponchos, platos, también; mikunankunana; sarata, quinuata, habasta, cebadata, triguta. Y qukunana.

– Kay pichqapunchautan tardiyachkanchik, kaypin wañukuq wayqiykuna. Nispa nin tayta Pancho.
– Lo que va comer; maíz, quinua, habas, cebada, trigo. Y otros. –estos cinco días estamos tardando, aquí muere hermanos: dijo don Pancho.

Cantaron el ayataki, canto de despedida de difuntos, y lloraron. Volvieron.

Pasó el tiempo, el hombre murió y el hijo se casó.

Rigoberto Marcatinco Meza. Es docente de lengua y literatura, trabaja en la Institución Educativa Nª 6038 Ollantay. San Juan de Miraflores, Lima, Perú. Es además autor de la producción musical titulada «La Fiesta del Agua» y Pertenece al grupo Los Gemelos de música ayacuchana- puquiana, junto a su hermano gemelo.

Ser Mapuche

Publicado en Arte, Memoria el 24/03/2006 por admin

00000357 constrain 160x200 01 Juan Carlos Huillipan vive a escasos metros de la Laguna Ancapulli. Es un mapuche. Debe tener unos 21 años.
Lo recogí en la carretera que va desde Curarrehue a Pucón y lo acerqué hasta su casa. Hablamos de cómo tiene que trabajar en verano y estudiar en invierno, de la media hora caminando que tiene que hacer todos los días desde su casita hasta la carretera para coger el autobús, de porque su abuelita no le había enseñado el mapudungun, de los volcanes que yo quería fotografiar, de los peces de la laguna.
Cuando finalmente llegamos a su casa, después de recorrer unos kilómetros de ripio, se sorprendió de que hubiera hecho el recorrido sólo para llevarlo a él, sin otro objetivo, como si él mismo no mereciera esa ayuda…
Bajé hasta el pie de la laguna, el día estaba soleado, el agua como un plato llano, las aves chillaban muy bajito y el mundo estaba allí.
Los mapuches, la gente de la tierra, son tan importantes en su tierra y le dan tal importancia a la tierra que llevan su nombre en el suyo: Mapu.
Y en este texto, yo quería sentirme como sentí al mundo y a los mapuches ese día de Enero, en Chile, quería sentirme importante en Ancapulli, cerca de Curarrehue y cerca de Juan Carlos Huillipan.

M A P U C H E
(Dedicado a la «gente de la tierra»)

Bajó el cielo a la laguna Ancapulli y se juntó con el agua.
El agua de la laguna tocó la tierra en sus bordes y en un instante, volvió a ser el mundo solamente cielo, agua y tierra.
Todo se llenó de los sonidos de la vida, respiración del aire.
Todo se colmó del aroma de la verdad, olor del suelo.
Todo se invadió del color de la quietud, color de los colores.Y en el medio de la sensación evocada de ser mundo, vida y tierra, me quito la ropa, me desnudo el pensamiento y me dispongo a gritar que me nombro a mí mismo gente de toda esa belleza, gente de todo lo que nos ha sido dado, gente de la gente que vive, gente de la tierra: ¡mapuche!.

Rafael Presa Tomé
Desde Galicia (España)

Pinturas Rupestres Patagónicas

Publicado en Arte el 09/02/2006 por admin

cav madre

La expedición de las cavernas más australes del mundo ya tiene su primer hallazgo. Se trata de las que serían las primeras pinturas rupestres de los canales patagónicos. Una treintena de científicos conforma el desembarco en la isla Madre de Dios, en los canales patagónicos chilenos.

Bernard Tourte se desplaza por el mundo conviviendo con los extremos y las excepciones. Hace un año, estaba en una zona cercana al Mar Negro con un equipo de rusos y ucranianos. Tourte, como un espejo de Hillary y Tenzing en el Everest, descendía en la avanzada vertical junto a otros cinco exploradores por una sima que finalmente se convertiría en la más profunda jamás alcanzada. Eran 2.140 metros bajo el mar. Lo más cercano al centro de la tierra que se había logrado llegar descolgándose a través de una caverna. Ahora, Tourte no está tan cerca del centro de la tierra como del fin del mundo.

En la latitud 50 sur, entre los canales australes y el Pacífico, en medio de una nada en la que hay mucho menos paz de la que sugiere el nombre de la isla Madre de Dios. Seguramente, los exploradores españoles -que siguiendo la ruta de Magallanes alrededor del mundo dieron con esta isla- la bautizaron más que por fervor místico con una exclamación entre sorpresa y algo de temor: Madre de Dios (ojalá salgamos vivos). La zona es conocida como los 50 rugientes, en alusión a la latitud, al viento, que usualmente puede alcanzar ráfagas de 190 Km por hora, y a una lluvia que al final del año acumula 6 mil mm ( en un año normal en Santiago caen 350 mm).

Tourte es espeléologo, el nombre que se les da a los exploradores de cavernas, y encabeza una expedición de una treintena de científicos a esta isla de caliza de la Patagonia chilena. Un extremo más para una colección que incluye abismos y simas desde México a Papúa Nueva Guinea. Para él no se trata de un territorio desconocido, pues participó en la expedición anterior de 2000, que rindió tantos frutos como sembró tantas dudas. Los frutos fueron los descubrimientos y las dudas lo mucho que quedaba por descubrir. «Es una isla totalmente apartada del mundo, un laboratorio virgen con espectaculares formas de superficie esculpidas por la lluvia y el viento. Estas formas de trabajo de la roca son únicas». Lo dice Tourte, que tiene 12 países de excursión en el cuerpo. La relación de «un hallazgo abre muchas interrogantes» se volvió a dar este año durante la semana recién pasada, cuando a los cinco días de haber llegado a Madre de Dios, los exploradores dieron en una cueva con lo que serían pinturas kaweshkar (alacalufes, ver detalle en fotografía de la portada). Un registro inesperado de este pueblo de canoeros.

Para lograr dar a conocer el hallazgo, Tourte debió viajar hasta la base de la exploración, en la isla de Guarello, al sur de Madre de Dios. Otro paisaje extremo para su colección.

Guarello es el sitio de presencia humana más cercano a Madre de Dios. Allí, 60 mineros de la CAP en turnos de seis meses extraen piedra caliza, materia prima indispensable para la fundición de acero. Las instalaciones de la CAP -descritas por un científico francés como la idea que uno tendría de una base lunar- se han transformado en los cuarteles generales de la expedición y el refugio sin el que sería casi imposible la expedición espeleológica.

Desde allí, Tourte debe esperar que el satélite esté en el punto preciso para que la cobertura del celular le permita dar la noticia: «Hemos descubierto a primera vista 20 o 25 pinturas». En Punta Arenas, el antropólogo Nelson Aguilera cree que esto podría ser «el descubrimiento de la década».

cav madre El poblamiento de los canales del sur es una nebulosa sobre la que se tienen más hipótesis que certezas, y estas pinturas aclararían en algo el panorama «si se trata de pinturas de más de 4 mil años de antigüedad, porque lo que ya sabemos es que los indígenas ocupaban los archipiélagos del oeste desde hace 2 mil años» acota la arqueóloga Dominique Leguoupil. El clima y la geografía hacen difícil el trabajo de pesquisa de registros de los antiguos habitantes de los canales patagónicos.

Sería la primera vez que se logra encontrar una concentración de pinturas atribuibles a este pueblo canoero de recolectores marinos, según explica Aguilera. Porque si bien en Magallanes hay sitios con pinturas rupestres con una antigüedad de 4.000 años, no es posible determinar la cultura a la que pertenecieron sus autores. En este caso, sólo un pueblo de navegantes expertos como los kawèsqar pudo haber llegado a refugiarse en una de las cavernas imposibles de Madre de Dios y marcar presencia gráfica para la posteridad.

Un gran hallazgo a menos de una semana no está nada mal. Menos, si el origen de la expedición, que actualmente cuenta con el apoyo del gobierno francés y del gobierno chileno a través de la Comisión Bicentenario, tiene su origen en algo así como una tincada del científico francés Richard Maire que visitaba Puerto Natales en 1995.

Ese año, Maire escuchó de una isla de caliza en los canales. Una que en los mapas parecía no estar lejos de Natales, pero que en la práctica y dado el clima, era poco menos que atravesar el país. Si «caliza» es lo mismo que nada para el común de los mortales, para un espeleólogo como Maire es una carnada suculenta. La caliza es la materia prima de la que surgen las cavernas y los sistemas kársticos (ver recuadro), y si Madre de Dios era como se lo habían comentado, era terreno virgen para explorar las cavernas más australes del mundo. Maire se consiguió un bote, logró algún acercamiento y tras una primera expedición en 1997, formó un equipo de 25 expertos que se encargó de la primera gran expedición de 2000.

cav madre Lo que encontraron fue un paisaje de superficie que iba desde las tierras más bajas cubiertas por vegetales de la era secundaria, que se levantan como fósiles vivientes (nothofagus antarctica), formando una selva que crece sobre la roca hundiendo sus raíces en las fisuras de ésta. Un bosque que a medida que el terreno se eleva, se encoge y se transforma en una cubierta de bonsáis naturales que crecen horizontalmente a ras de suelo sobre la caliza que, finalmente, y despojada de vegetales, aparece como un glaciar esculpido por la lluvia y el viento.

En un mes y medio, se topografiaron 10.000 metros de galerías; los espeleólogos descendieron 376 metros en lo que nombraron como la Sima del Futuro, que se convirtió en la más profunda de Chile y la segunda más profunda de Sudamérica (después de la Sima de Milpo, en Perú).

La arqueóloga Dominique Legoupile descubrió una gruta con un enterratorio kawesqar de 4.000 años de antigüedad; se verificaron las marcas de cambios en los niveles del agua, que podrían ser pruebas del calentamiento global y un esqueleto de ballena yaciendo a seis metros del nivel del mar y a 150 de la entrada de una caverna.

¿Cuándo comenzaron a poblarse los canales? ¿Por qué cambió el nivel de la isla? ¿Cuándo se derritieron los glaciares? Cada descubrimiento son muchas más preguntas para geólogos, biólogos, antropólogos y un científico, etcétera.

La expedición de 2000 quedó inmortalizada en un reportaje de 20 páginas publicado por la National Geographic y alentó a la comunidad internacional de espeleólogos, que pronto comenzó a prepararse para una nueva expedición. «Todos nos conocemos, aunque no nos conozcamos», explica Marcelo Agüero, el coordinador chileno del proyecto en curso. Con su frase, Agüero hace referencia a que la tecnología facilita que la reunión de la comunidad cavernaria esparcida por los macizos de caliza del mundo se coordine para encontrarse en los sumideros más australes, aun sin haberse visto las caras con anterioridad.

El correo electrónico planificó el desembarco que comenzó el 16 de enero y que concluirá el 4 de marzo. Científicos franceses, chilenos, españoles, ingleses, canadienses, australianos, neozelandeses de las más diversas disciplinas, con 12 toneladas de material, forman el equipo que lidera Tourte, poniendo al servicio de los científicos las técnicas de descenso y exploración que comenzó practicar como deporte. «Mi objetivo es que los científicos tengan las condiciones para desarrollar sus estudios, poner a su servicio la técnica». Y de paso, sumar algún otro extremo a la colección.

CALENTAMIENTO GLOBAL

«Las cavernas son como salas climatizadas», explica Bernard Tourte. Una caracteríctica que las hace especialmente atractivas para investigar el calentamiento global.

«Por ejemplo, en Papúa, hemos notado que en diez años ha subido la temperatura del agua y automáticamente del aire de las cuevas», explica el espeleólogo.

Otra manera de investigar cambios pretéritos en las condiciones climáticas es a través de las estalactitas y estalagmitas, esas columnas que surgen del techo y el suelo de las cuevas producto de la disolución de la caliza por efecto del agua. «Cuando se encuentran algunas de esas formaciones, se pueden estudiar las condiciones primitivas del mismo modo en que se estudia el pasado de un árbol a través del corte del tronco». Las estalactitas guardan información de los cambios climáticos, «porque la velocidad de crecimiento está directamente en relación al aporte de caliza que lleva el agua».

Bernard Tourte explica que el equipo ha notado que el macizo que conforma Madre de Dios muestra marcas del nivel del mar entre tres y seis metros más alto que el nivel actual; «lo más lógico como explicación es que cuando los glaciares se fundieron, el macizo dejó de soportar su peso, elevando su nivel, y esto va a proporcionar información que tiene relación directa con el fenómeno del calentamiento y sus efectos».

MUNDO CAVERNÍCOLA

Veinticuatro años después de que su compatriota Julio Verne publicara «Viaje al centro de la Tierra» (1864), el abogado francés Edouard Alfred Martel comenzó una seguidilla de exploraciones subterráneas que lo transformarían en el padre de la espeleología moderna.

Entre 1888 y 1914, Martel rastreó el mundo subterráneo europeo dando a conocer al gran público cavernas que en la actualidad son atracciones turísticas (Bramabiau, Dargilan, en Francia; Cuevas del Drach en Mallorca y el abismo Gaping Gill en Inglaterra). Si el protagonista de la novela de Verne se internaba en las profundidades descendiendo desde la boca de un volcán, Martel lo hizo desde las cavernas, formaciones que surgen en zonas con características muy específicas definidas geológicamente con el termino Karst. Esta expresión utilizada universalmente tiene su origen en una región caliza entre Italia y Eslovenia donde se estudiaron por primera vez estos fenómenos.

Entre otras características de los sistemas kársticos se cuentan formas de relieve singulares formadas por la disolución química del agua sobre la caliza; escaso drenaje superficial, con la casi inexistencia de redes fluviales; esto se debe al predominio de la infiltración del agua en el terreno y a su circulación subterránea; abundancia de cuevas y simas, algunas de ellas actúan como puntos donde se pierden las aguas superficiales (sumideros), o como manantiales (surgencias). Justamente es el estudio y la localización de reservas de agua una de las motivaciones para las exploraciones espeleológicas, pero sólo una de ellas.

A través de la exploración de las cavernas se puede obtener información sobre el cambio climático, temas antropológicos, geológicos, la paleontológicos y estudios de minerales.

Expedición Última Patagonia 2006:

Experiencia Piloto Mapuche Audiovisual

Publicado en Arte el 28/01/2006 por admin

Afiche TallerEl proyecto denominado Experiencia Piloto Mapuche Audiovisual es una iniciativa de profesionales de Comunidad Ser Indígena que se propone implementar un Plan Piloto de formación a monitores de comunidades indígenas en el manejo de cámara de video y registro de sus propias actividades, costumbres y ceremonias.

Esta propuesta, cuenta con el apoyo del Fondo de Fomento Audiovisual (CNCA) y nace de la necesidad de rescatar visualmente (por ellos mismos) las ceremonias que realizan y determinar cuándo deben ser vistas por personas ajenas a las comunidades indígenas. Esta inquietud se recoge en reuniones realizadas entre comunidades y la organización (ONG) Comunidad Ser Indígena y cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura de la Municipalidad de Futrono y del concejal César Sanhueza, quien se acercó a Ser Indígena con el fin de establecer nexos para apoyar a las comunidades de Futrono en el rescate y valoración de sus expresiones culturales.

El proyecto propuso un curso intensivo de manejo de cámara, el que se desarrolló en el mes de enero recién pasado. La monitora del «Taller de Manejo de Cámara», Claudia Serrano, junto a los profesionales de apoyo de Ser Indígena realizaron reuniones previas en las que se inscribieron personas indígenas de las comunidades y particulares ligados a esta práctica artística y comunicacional.
Cabe señalar que inéditamente se sumaron a la iniciativa jóvenes mapuche de enseñanza media que en general se mantienen aparte de las actividades de las comunidades, produciendo un impacto favorable entre las comunidades.
Entre los ejercicios del taller se realizaron registros de la navegación a Isla Huapi, las calles de Futrono, huerto comunitario de una asociación de mujeres mapuche, entre otros.

En el acto de cierre los participantes y familiares se mostraron conforme con lo avanzado y esperan que la iniciativa continúe con otras como: taller de telar y mapudungun.

El curso se desarrolló entre el 16 y el 27 de enero, en el recinto de la Escuela Balmaceda de la ciudad de Futrono. Las comunidades convocadas y que tuvieron la oportunidad de participar fueron: Comunidad Indígena de Maihue (Maihue), Comunidad Indígena Bernardo Vera Pichinguen de Hueinahue (Hueinahue), Comunidad Indígena Isla Huapi (Isla Huapi), Comunidad Asociación Indígena Victoriano Pitripan (Caunahue), Comunidad Indígena Francisco Llanquel (Futrono), Comunidad Indígena Mapuche de Huequecura (Chollinco), Comunidad Indígena Victoriano Pitripan de Huequecura (Huequecura), Comunidad Indígena José Leal Neiman (Futrono), Comunidad Indígena Fermín Chocano (Futrono), Comunidad Indígena Kiñewen (Curriñe – Chabranco).

Contacto:

Comunidad SER Indígena: ong@serindigena.org

Ejecutora proyecto: csantos@serindigena.org

Monitora curso: serra_clau@yahoo.com

Copyright:revista.serindigena.cl

La historia de la fotografía mapuche del siglo XIX y XX

Publicado en Arte el 01/01/2006 por admin

Un equipo de historiadores, antropólogos y estetas realizaron un estudio sobre fotografías mapuches de fines del siglo XIX y principios del XX. Este análisis permitió descubrir muchos aspectos desconocidos de estas imágenes como la forma en que fueron elaboradas y las intervenciones de los mismos fotógrafos.

El retrato en blanco y negro de una mujer mapuche con su chamall y platería parece un testimonio patente de esta cultura, al igual que la fotografía antigua de un cacique con su poncho y trarilonko. Sin embargo, detrás de ellas hay una historia, una construcción realizada por los fotógrafos que captan esos instantes. En esa historia contenida en las imágenes, quisieron ahondar un grupo de profesionales, entre los que se encuentra Margarita Alvarado, profesora del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica. Sus palabras traen y recrean los principales momentos de esta investigación.

Esta iniciativa surgió luego de un largo trabajo con el museólogo del Museo Nacional de Historia Natural, Miguel Ángel Azócar, durante el cual recopilaron fotografías y empezaron a notar que muchas fotos se repetían o que no se sabía a quién pertenecían. Se hizo patente la necesidad de descubrir su historia. Además muchas de estas imágenes eran las más clásicas asignadas al pueblo mapuche, tanto en textos de estudio, afiches y objetos alusivos a esta cultura. “Nosotros, en realidad, mostramos un poco cómo estas fotografías han influido en general en la sociedad en la construcción de una imagen de lo mapuche”.

Para realizar la investigación, que se extendió por tres años, obtuvieron un proyecto del Fondecyt. Los resultados se plasmaron en un sitio web y un libro llamado Fotografía Mapuche siglos XIX y XX: Construcción y montaje de un imaginario. De esta manera, sintetizaron un trabajo en el que recabaron cerca de 900 fotografías, obtenidas de archivos nacionales e internacionales, las que fueron analizadas desde distintas perspectivas, entre ellas: su influencia como íconos de la cultura mapuche, las técnicas utilizadas por los fotógrafos, cómo es recibida la fotografía entre los propios mapuches. Toda esta diversidad de corrientes tiene un eje común: el considerar la fotografía como una recreación y no un reflejo fiel de lo real. “En cierta medida nosotros decimos que es una construcción que los fotógrafos hacen, o sea, la fotografía como una expresión de la modernidad, no es la realidad, sino una representación de la realidad”.

En el estudio consideraron principalmente el trabajo de tres fotógrafos: Christian Enrique Valck, Gustavo Milet y Obder Heffer. Eso se debe a que estos artistas son los primeros en realizar una producción visual más sistemática de la cultura mapuche. “Son los fotógrafos más tempranos en captar al mundo mapuche. Y nosotros los llamamos los fundadores porque justamente son como los pioneros de la imagen fotográfica de lo mapuche”. Estos artistas entregan los parámetros y la estética de la denominada fotografía étnica. Este tipo de realización visual, es un género dentro de la fotografía que posee un concepto fundamental: “Se relaciona con la idea de que la imagen contiene un registro de una otredad, de una cultura diferente, de una persona que pertenece a otro pueblo”. Sin embargo, estos realizadores no tenían la intención de hacer este tipo de fotografía, ya que sólo buscaban captar a estas personas diferentes y, posiblemente, incluso con un afán comercial de vender estas fotos.

Dado el carácter de símbolos de la cultura mapuche que se le ha otorgado a muchas de las imágenes analizadas, resulta sumamente interesante los descubrimientos de los investigadores en torno a la construcción de las fotografías que hicieron estos artistas. Existen imágenes tratadas con recortes para conseguir una cierto carácter de testimonio de una cultura, sacando los elementos que no permitan una visión pura; algunos fotógrafos les agregaban objetos a los mapuches, aquellos que creían importantes para testimoniar su pertenencia a un pueblo. Sin embargo, se considera que a pesar de las alteraciones, estas imágenes constituyen un testimonio, pues los mapuches sí estuvieron allí: “Nos permite conocer una cierta realidad, a pesar de esta construcción que hacen los fotógrafos”.

Pero lo más relevante se encuentra en el proceso de recepción de estas imágenes. “Lo interesante es la manera en que estas fotografías se han utilizado, cómo estas fotos han circulado en distintos contextos iconográficos y de esa manera se han cargado de un significado especial”. Y esta significación va a depender del contexto en el cual aparezca: textos especializados, históricos, culturales, turísticos e incluso político-sociales, pues muchas de estas imágenes son tomadas hoy por grupos mapuches para dar cuenta de sus reivindicaciones territoriales y culturales. “Ellos mismos las toman como representación de su cultura, de su identidad. En ese sentido, la fotografía ha adquirido connotaciones que van más allá de la propia fotografía”.

También se vuelve interesante lo que ocurre al mostrar estas imágenes a los mapuches de hoy. Como parte de la investigación, llevaron su trabajo a la zona de Traiguén y del Lago Calafquén, teniendo experiencias muy interesantes en varias escuelas. Se mostraba mucho interés por las imágenes y se producía una cierta identificación. “Cuando uno le muestra estas fotos a los indígenas muchas veces pasa que ellos tienden a ver `Mira este se parece al abuelito tanto o este se parece a tal persona´. Hay un intento de familiaridad con estas imágenes. Se sienten totalmente identificados con lo que ven, no les resulta ajeno”.

Algo que dificulta el poder precisar claramente a los retratados y, por ende, relacionarlos con determinadas familias, es la carencia de una identificación. A diferencia de las fotos de la sociedad local en que aparecen consignados nombres y familias, aquí no hay nada que pueda precisar su origen o su nombre. “En el fondo eso nos podría hacer pensar que los fotógrafos ven a estos fotografiados como representantes de una etnicidad, de una cultura, más que como individuos”.

Algo que destaca de esta investigación la profesora Margarita Alvarado es la reafirmación de la multiplicidad de significados que tiene una imagen. “Buscamos esa idea de abrir ese universo de imágenes a las posibilidades de interpretación y sobre todo de rescatar de los cajones muchas imágenes que estaban sumergidas y que nadie conocía y que hoy día están volcadas en el libro que circula y en el sitio web donde todo el mundo las puede ver, bajar, imprimir. Eso es lo más maravilloso de nuestra investigación”. En torno a esto último, comenta que una vez caminando por el Paseo Ahumada encontró un señor vendiendo las fotos, lo que le pareció fantástico, pues reafirma el sentido de que estas imágenes sean conocidas, pues son un patrimonio de todos. “Es nuestro imaginario, es lo que nos otorga un referente visual de cómo nosotros hemos construido una imagen de lo mapuche”.

A esto se agrega un sentido de humanizar al pueblo mapuche como individuos y sociedad. “Posicionar al mundo mapuche, en su justa medida, como parte de nuestra diversidad cultural con sus grandezas y pequeñeces como cualquier sociedad”.

En estos momentos el equipo se encuentra volcado a una investigación similar con los pueblos fueguinos, en particular por el carácter de extintas que se le ha otorgado, a pesar de que aún existen descendientes de estos pueblos. “Hay pocos, pero quedan y son parte de nuestra sociedad, entonces en este sentido hemos querido abordar esta problemática”.

Sin duda las imágenes del ayer se vuelven presentes cuando son vistas por los ojos de hoy. Y esta investigación se vuelve un testimonio de la contingencia de las fotografías de los pueblos originarios. En ellas hay identidad, hay existencia, hay una historia, la cual es recreada por este equipo de investigadores que al traerla sólo confirman la humanidad antigua y naciente de los pueblos indígenas.

Dirección del sitio web: http://www.uc.cl/proyectos/mapuches/html/frameportada.html

Copyright:revista.serindigena.cl